Los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, también conocidos como ESG (por sus siglas en inglés), son un conjunto de normas sobre las operaciones de una empresa que los inversores con conciencia social utilizan para examinar posibles inversiones. Estos criterios evalúan la actuación de una empresa en términos de gestión medioambiental, responsabilidad social y gobierno corporativo.
Los criterios medioambientales evalúan el impacto de una empresa en el medio ambiente. Estos criterios también evalúan cualquier riesgo medioambiental al que pueda enfrentarse una empresa y la eficacia con la que lo gestiona. Las empresas que dan prioridad a la sostenibilidad medioambiental suelen aplicar prácticas respetuosas con el medio ambiente, como el uso de fuentes de energía renovables, la reducción de residuos y la minimización de su huella de carbono.
Los criterios sociales estudian cómo gestiona una empresa sus relaciones con los empleados, proveedores, clientes y las comunidades en las que opera. Las empresas socialmente responsables significan que dan prioridad a las prácticas laborales justas, la diversidad y la inclusión, y el compromiso con la comunidad. También pueden trabajar con proveedores que compartan sus valores y donar una parte de sus beneficios a organizaciones benéficas locales o animar a los empleados a colaborar como voluntarios en la comunidad.
Los criterios de gobernanza se centran en el liderazgo de una empresa, la remuneración de los ejecutivos, las auditorías, los controles internos y los derechos de los accionistas. Los inversores buscan empresas que utilicen métodos contables precisos y transparentes y que permitan a los accionistas votar sobre cuestiones importantes. Un buen gobierno corporativo garantiza que una empresa opere de forma ética y en el mejor interés de sus accionistas.
La industria de la moda es una de las que más contamina en el mundo, y su impacto en el medio ambiente y la sociedad debe controlarse para reducirlo. hacer de la moda sostenible algo más que una tendencia; es un movimiento hacia una industria más responsable y ética que pretende reducir el impacto medioambiental negativo y mejorar las condiciones sociales.
Prácticas de moda circular, como el uso de tejidos deadstock u otros materiales respetuosos con el medio ambiente y la aplicación de métodos de producción eficientes, pueden reducir significativamente la huella medioambiental de la industria. Por ejemplo, producir una camisa de algodón requiere aproximadamente 2.700 litros de agua. Si las empresas utilizan este tipo de materiales sostenibles, las marcas de moda podrán reducir significativamente su consumo de agua, reducir la producción de residuos y disminuir sus emisiones de carbono.
La moda sostenible también aborda cuestiones sociales dentro de la industria, como salarios justos, condiciones de trabajo seguras y derechos de los trabajadores. Es bien sabido que algunas de las fábricas textiles más importantes del mundo no respetan los derechos laborales. Las marcas de moda deben dar prioridad a los productores de prácticas éticas y luchar contra otras alternativas poco éticas para mejorar la vida de sus trabajadores y de la comunidad.
Adoptar prácticas sostenibles también puede ser económicamente beneficioso para las marcas de moda. Los clientes valoran cada vez más la sostenibilidad y el mercado de la moda ecológica crece año tras año. Las marcas que demuestran un compromiso con la sostenibilidad suelen experimentar una mayor fidelidad de sus clientes y pueden diferenciarse en un mercado competitivo y muy rentable. Además, la aplicación de prácticas sostenibles puede suponer un ahorro de costes a largo plazo gracias a un uso más eficiente de los recursos y una reducción de los residuos.
Alinearse a las normas ESG es crucial para las marcas de moda que aspiran a ser sostenibles. Estas normas proporcionan un marco para medir y mejorar el impacto de una empresa en el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza.
Las normas medioambientales en la moda se centran en minimizar la huella ecológica de la industria. Esto incluye el uso de materiales sostenibles, como el algodón orgánico y las fibras recicladas, la reducción de residuos y la mejora de la eficiencia energética.
Las normas sociales en la moda dan prioridad a las prácticas laborales justas, el compromiso con la comunidad y la diversidad y la inclusión. Las marcas que se adhieren a estas normas garantizan que sus trabajadores reciban salarios justos, trabajen en condiciones seguras y tengan derecho a sindicarse.
Las normas de gobernanza en la moda implican informes transparentes, prácticas empresariales éticas y rendición de cuentas. Las empresas que dan prioridad a la buena gobernanza tienen más probabilidades de ganarse la confianza de inversores y consumidores. Empresas como Recovo y su mercado de tejidos deadstock han introducido un Pasaporte digital de productos para ayudar a las marcas a cumplir estas nuevas normas, facilitando la información de trazabilidad que la UE exigirá en los próximos años.
La industria de la moda tiene un impacto significativo en el medio ambiente en cada etapa de la cadena de suministro, desde la producción de materias primas hasta la eliminación de las prendas. Para revertir esta situación, es muy importante introducir en la moda procesos basados en la circularidad, como la recogida de materiales textiles, el reciclaje o fuentes de suministro nuevas y sostenibles, como materiales innovadores o mercados de tejidos deadstock.
La producción de materias primas para la moda, como el algodón, la lana y las fibras sintéticas, consume muchos recursos. El cultivo del algodón, por ejemplo, requiere grandes cantidades de agua y pesticidas, mientras que las fibras sintéticas como el poliéster se derivan del petróleo, lo que contribuye al agotamiento de los combustibles fósiles y a la contaminación. Las alternativas sostenibles, como el algodón orgánico y las fibras recicladas, pueden ayudar a reducir el impacto medioambiental de la producción de materias primas.
Los procesos de fabricación de la moda también tienen un impacto medioambiental sustancial. El teñido y el acabado textil implican el uso de productos químicos tóxicos, que pueden contaminar las fuentes de agua si no se gestionan adecuadamente. La energía necesaria para la fabricación también contribuye a las emisiones de carbono. La aplicación de tecnologías limpias y la mejora de la eficiencia energética pueden ayudar a mitigar el impacto medioambiental de la fabricación de moda.
La industria de la moda genera cantidades ingentes de residuos, sobre todo en la era de la moda rápida, que fomenta una cultura de usar y tirar. Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), los estadounidenses generan 16 millones de toneladas de residuos textiles al año, la mayoría de los cuales acaban en vertederos. Promover prácticas de moda circular, como el reciclaje, el upcycling y la creación de prendas duraderas y de alta calidad, puede ayudar a reducir los residuos textiles y minimizar el impacto medioambiental de la industria.
La responsabilidad social en la industria de la moda abarca prácticas laborales justas, compromiso con la comunidad y abastecimiento ético. Las marcas que dan prioridad a la responsabilidad social se comprometen a mejorar la vida de sus trabajadores y de las comunidades en las que operan.
Las prácticas laborales justas son una piedra angular de la responsabilidad social en la moda. Las marcas deben asegurarse de que sus trabajadores reciben un salario justo, trabajan en condiciones seguras y tienen derecho a sindicarse.
El compromiso con la comunidad implica retribuir a las comunidades en las que operan las marcas de moda. Esto puede incluir iniciativas como la donación de una parte de los beneficios a organizaciones benéficas locales, el apoyo a programas educativos y la promoción de los artesanos locales.
El abastecimiento ético implica garantizar que los materiales utilizados en los productos de moda se obtienen de forma responsable y sostenible. Esto incluye el abastecimiento de algodón orgánico, materiales reciclados y lana sin crueldad. Las marcas que dan prioridad al abastecimiento ético suelen colaborar estrechamente con sus proveedores para garantizar el cumplimiento de las normas medioambientales y sociales a lo largo de toda la cadena de suministro.
El gobierno corporativo en la moda implica los sistemas y procesos mediante los cuales se dirigen y controlan las empresas. La buena gobernanza es esencial para generar confianza entre las partes interesadas y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
La transparencia y la rendición de cuentas son componentes clave de la buena gobernanza en la industria de la moda. Las marcas deben ser transparentes sobre sus prácticas empresariales, incluida su cadena de suministro, sus prácticas laborales y su impacto medioambiental. Los informes periódicos y las auditorías de terceros pueden ayudar a garantizar que las empresas operan de forma ética y responsable.
Las prácticas empresariales éticas implican realizar negocios de forma justa, honesta y respetuosa. Esto incluye evitar la corrupción, respetar los derechos de propiedad intelectual y garantizar que las prácticas de marketing sean veraces y no engañosas. Las marcas que dan prioridad a las prácticas empresariales éticas tienen más probabilidades de generar confianza entre los consumidores y otras partes interesadas.
El compromiso de las partes interesadas implica implicarlas activamente en los procesos de toma de decisiones. Esto puede incluir el compromiso con empleados, clientes, proveedores e inversores para recabar opiniones y abordar preocupaciones. Las marcas que dan prioridad a la participación de las partes interesadas tienen más probabilidades de establecer relaciones sólidas y ganarse la confianza de éstas, lo que conduce al éxito y la sostenibilidad a largo plazo.
La normativa y el cumplimiento de la moda son esenciales para garantizar que el sector opera de forma responsable y sostenible. Estas normativas abarcan una amplia gama de cuestiones, como las prácticas laborales, el impacto medioambiental y la seguridad de los productos.
La normativa laboral está diseñada para proteger los derechos de los trabajadores de la industria de la moda. Estas normativas cubren cuestiones como el salario mínimo, las horas de trabajo y la seguridad en el lugar de trabajo. Las marcas deben cumplir esta normativa para asegurarse de que sus trabajadores reciben un trato justo y ético, y para evitar riesgos legales y de reputación.
La normativa medioambiental pretende minimizar el impacto medioambiental de la industria de la moda. Estas normativas abarcan cuestiones como la gestión de residuos, el uso del agua y el uso de productos químicos. Las marcas deben cumplir esta normativa para reducir su huella medioambiental y promover la sostenibilidad, así como para evitar sanciones y publicidad negativa.
La normativa sobre seguridad de los productos garantiza que los productos de moda sean seguros para los consumidores. Estas normativas abarcan cuestiones como el uso de sustancias químicas nocivas, la inflamabilidad y los requisitos de etiquetado. Las marcas deben cumplir estas normativas para garantizar que sus productos cumplen las normas de seguridad y las expectativas de los consumidores, y para evitar retiradas de productos y responsabilidades legales.
Alinear las marcas de moda con las normas ESG requiere un compromiso con la sostenibilidad, la transparencia y las prácticas éticas. He aquí algunos consejos para las marcas de moda que deseen alinearse con las normas ESG:
Realizar una auditoría de sostenibilidad es el primer paso para alinearse con las normas ESG. Esto implica evaluar el impacto ambiental y social de las operaciones de su marca e identificar áreas de mejora. Una auditoría de sostenibilidad puede ayudarle a desarrollar una hoja de ruta para alcanzar sus objetivos ASG y priorizar las iniciativas que tendrán el mayor impacto.
Es esencial establecer objetivos ASG claros para medir el progreso y responsabilizar a su marca. Estos objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y de duración determinada (SMART). Por ejemplo, podría fijarse el objetivo de reducir las emisiones de carbono de su marca en un 50% en un plazo de cinco años o garantizar que todos sus proveedores cumplen unas normas laborales justas en una fecha determinada.
Interactuar con las partes interesadas es crucial para generar confianza y obtener apoyo para sus iniciativas ASG. Esto puede incluir el compromiso con empleados, clientes, proveedores e inversores para recabar opiniones y abordar las preocupaciones. La comunicación regular y la transparencia son claves para el éxito de la implicación de los grupos de interés, ya que ayudan a construir relaciones y fomentar un sentido de propósito compartido.
Implantar prácticas sostenibles es esencial para alinearse con las normas ASG. Esto puede incluir el uso de materiales sostenibles, la reducción de residuos, la conservación del agua y la mejora de la eficiencia energética. Las marcas también pueden explorar prácticas de moda circular, como el diseño de productos para la longevidad, la oferta de servicios de reparación, y la creación de programas de recuperación de prendas usadas.
La colaboración con socios de la industria puede ayudar a las marcas de moda a acelerar sus esfuerzos ESG e impulsar el cambio sistémico. Esto puede incluir trabajar con otras marcas, proveedores y organizaciones de la industria para desarrollar estándares compartidos, poner en común recursos y abogar por cambios en las políticas. Trabajando juntas, las marcas de moda pueden crear una industria más sostenible y responsable que beneficie a todas las partes interesadas.
En conclusión, alinear las marcas de moda con las normas ASG no es sólo un imperativo moral, sino también una necesidad empresarial en el mundo actual. Al priorizar la sostenibilidad medioambiental, la responsabilidad social.
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